1. La educación como práctica de la libertad.
2.Los hombres, se proponen así mismos como problema, y se preocupan por saber más, hacen de sí mismos un problema. Indagan, responden, y sus respuestas los conducen a nuevas preguntas.
3.La gran tarea humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mismos y liberar a los opresores.
4.Luchando por la restauración de su humanidad, intentando la restauración de la verdadera generosidad. Liberación a la que no llegarán por casualidad, si no por la praxis de su búsqueda; por el conocimiento y reconocimiento de la necesidad de luchar por ella.
5.Los oprimidos asumen una postura que llamamos de "adherencia al opresor".
6.Quieren la reforma agraria no para liberarse, sino para poseer tierras y, con estas, transformarse en propietarios o, en forma más precisa, en patrones de nuevos empleados.
7.Toda prescripción es la imposición de la opción de una conciencia a otra.
8.Los oprimidos acomodados y adaptados, inmersos en el propio engranaje de la estructura de dominación, temen a la libertad, en cuanto no se sienten capaces de correr el riesgo de asumirla.
9.Sufren una dualidad que se instala en la "interioridad" de su ser.
10.Solamente superan la contradicción en que se encuentran cuando el hecho de reconocerse como oprimidos los compremeterse en la lucha por liberarse.